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Justin Lainez, de niño con sobrepeso a referente del bienestar: "Me hicieron bullying en el colegio porque era el único que bailaba y eso se consideraba una actividad para las niñas"

Un problema de acné que derivó en depresión llevó a Justin Lainez a entender la importancia del cuidado integral, que aúna en un centro único.

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El emprendedor Justin Lainez ofrece entrenamiento deportivo, nutrición, apartología y medicina estética en el mismo lugar.
El emprendedor Justin Lainez ofrece entrenamiento deportivo, nutrición, apartología y medicina estética en el mismo lugar.ELARA

Desde crío tuvo una mentalidad inconformista. "Era muy inquieto, yo quería bailar y no tardé en meterme en una agencia de espectáculos para actuar, aunque mi familia me decía que no tenía futuro", cuenta Justin Lainez, de madre ecuatoriana, padre brasileño y criado en España desde los ocho meses con su otro padre santanderino. "He vivido en Murcia, en Málaga y desde hace años me quedé en Madrid, una ciudad que me encanta", cuenta acerca de su mezcla.

En la capital, en el corazón del barrio de Salamanca, abre las puertas de su particular método Elara, que se explica por su trayectoria profesional y su historia personal. Aúna en un mismo espacio entrenamiento deportivo, nutrición, aparatología y medicina estética. "El objetivo es conseguir la mejor versión de nosotros mismos, porque no nos engañemos: no basta con el entrenamiento, también hay que comer bien, cuidarse y sentirse renovado", explica este coach deportivo acerca de la filosofía.

Rompiendo estereotipos

Lo primero que llama la atención es que, tras la recepción, hay un hombre. El diseño tampoco es muy femenino, sino neutro. "En todas las clínicas estéticas hay mujeres que te atienden, ya es un espacio conquistado por ellas, y yo quería diferenciarme con un chico, porque eso permite eliminar la barrera a hombres que aún se sienten menos cómodos buscando un tratamiento de belleza".

Ya le sucedía con sus elitistas clientes en un conocido gimnasio, que hoy es David Lloyd Serrano, tras estudiar Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y convertirse en entrenador personal de perfiles de la jet set y famosos. "Muchos sentían vergüenza al exponer su caso".

De niño con sobrepeso a bailarín profesional

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Por eso, cuando ha tenido la oportunidad, ha apostado por un cuidado integral, escuchando a la persona e indagando en su estilo de vida y necesidades. "Fui un niño gordito, me hicieron bullying en el colegio porque era el único que bailaba y eso se consideraba una actividad para las niñas".

Después también fue dado de lado en su agencia por un problema de acné. "Pasé de hacer muchísimos bolos a estar descartado. Y lo entiendo, porque todo en esta vida es imagen, pero tuve una depresión porque mi autoestima se vio muy mermada. Me miraba al espejo y no me reconocía y mi obsesión era tal que me los pinchaba con alfileres. Así que el problema de las cicatrices lo agravó todo. Tuve que tratarme con psicólogos", confiesa.

Un espacio de bienestar integral

Elara es ese sitio que hubiera querido encontrar cuando se sentía perdido. "¿Por qué no empezamos con análisis y estudios nutricionales antes de empezar entrenamiento físico para saber qué nos hace falta? Busco una concordancia entre todos los tratamientos y que la persona se sienta a gusto. Siempre me ha apasionado la mitología griega y el nombre viene de una princesa mortal".

También ha inspirado las cuatro cabinas: Magna, Armonía, Coliseum y Venus. Lo mejor del día a día es el trato directo con la gente. "Siempre lo he tenido y me encanta charlar y escuchar".

En el equilibrio está la virtud

Aunque no duda en meter caña en sus entrenamientos funcionales, en una sala repleta de mancuernas, discos y barras. Lo menos bueno es que le apasiona tanto su trabajo que le cuesta poner fronteras y parar. "Yo me paso el día aquí rodeado de un buen equipo que me complementa, que incluye médico y nutricionista".

Porque reconoce que muchos problemas de grasa localizada necesitan la parte estética, a la que no renuncia. "Las personas han tomado mucha conciencia de la importancia de cuidarse, porque si uno está bien interiormente, el resto funciona".

Lainez también compitió en culturismo en su juventud, sometiéndose a dietas extremadamente estrictas. "Estando en esos concursos me consumí y perdí tanta grasa de la cara que, si no fuera por los tratamientos estéticos, hubiera sido irreparable. Eso no es sostenible ni lo que busco hoy. El deporte es salud y, donde no llega, tenemos la ayuda de la aparatología".

Asegura que cada vez cuesta menos reconocerlo. "Antes se escondía y hoy nos enorgullece. Pero tampoco hay que llevar el cuidado al extremo. Es importante socializar, ser flexible y el descanso. Te regeneras cuando duermes".