La advertencia de Lagarde: «Estamos en presencia de un 'shock' negativo de la demanda»
Las reacciones adversas de los mercados financieros a las tensiones comerciales podrían pesar sobre la demanda interna
El BCE baja los tipos en 0,25 puntos en plena guerra comercial con Estados Unidos
Los mercados ya habían descontado el nuevo recorte de tipos de 25 puntos básicos, hasta el 2,25%. Cuentan, incluso, con nuevas bajadas hasta otoño que los terminarían situando entonces en el 1,5%.
Lo que nadie tiene es un centro de estudios tan potente ... como el Banco Central Europeo (BCE) y por eso su diagnóstico sobre la actual situación generaba tanta expectación. Y el veredicto de su presidenta, Christine Lagarde, no ha podido ser ayer claro: «Estamos en presencia de un 'shock' negativo de demanda». En su opinión, «habrá un desvío de mercancías y un posible impacto negativo en el crecimiento en el crecimiento europeo».
«Hay una serie de posibles respuestas por parte de la Comisión Europea», avanzó. «Creo que la más obvia, que se ha comentado y que de hecho se ha puesto sobre la mesa, es la oferta de tarifa cero por cero que se ha hecho». Lagarde se mostró convencida de que «podemos anticipar que los aranceles tendrán algún impacto en el crecimiento, pero el impacto neto en la inflación solo se hará más claro con el paso del tiempo».
A juicio del Consejo de Gobierno, los nuevos aranceles «añaden incertidumbre sobre la inflación», dijo. «Los riesgos a la baja para el crecimiento económico han aumentado. Es probable que la importante escalada de las tensiones comerciales mundiales y las incertidumbres asociadas reduzcan el crecimiento de la eurozona al frenar las exportaciones, y pueden reducir la inversión y el consumo», señaló como consecuencias más fácilmente predecibles.
«Las reacciones adversas de los mercados financieros a las tensiones comerciales podrían pesar sobre la demanda interna y, por lo tanto, también reducir la inflación», añadió. «Las perspectivas económicas están empañadas por una incertidumbre excepcional», pintó el panorama más próximo.
En su declaración, el BCE se mantuvo cauteloso y mantuvo sus opciones abiertas, aunque el documento destacaba que las perspectivas se han deteriorado dado que es probable que el impacto neto de los aranceles sea deflacionario. Son presumibles los siguientes recortes de tipos, incluso por debajo del rango inferior de su estimación de tipos neutrales si fuera necesario.
El texto rezuma preocupación por el crecimiento, la inflación y los conflictos comerciales en curso, en previsión de los desarrollos más agresivos en relación con la política fiscal, especialmente de Alemania. En todo caso, Lagarde dejaba claro que la «tasa neutral» es un concepto que funciona para un mundo libre de 'shocks', no para la realidad actual. «Cualquiera en esta sala que piense que estamos en un mundo libre de sobresaltos, sugeriría que tal vez levantara la mano o que le examinaran la cabeza», bromeó con los periodistas. «Debemos estar atentos a todos los acontecimientos y, en particular, a la evolución de esos nuevos shocks, y ser capaces de tomar la determinación adecuada. Nunca tanto como ahora ha estado tan justificado atenerse a los hechos».
En adelante, avanzó, «determinaremos nuestra postura de política monetaria sobre la base de lo que sea apropiado para alcanzar el objetivo. Lo haremos demostrando eficacia y agilidad. Por lo tanto, nuestro trabajo será analizar la naturaleza del choque, el tipo de respuestas que requiere, y hacerlo de manera rápida».
«No puedo decirles si estamos en el pico de la incertidumbre», rechazó el juicio sobre si lo peor ya ha pasado o no. «Lo que sé con certeza es que el Banco Central Europeo y el sistema del euro en nuestras decisiones de política monetaria, tenemos que estar preparados para lo impredecible».
Sobre la decisión de política monetaria, Lagarde confirmó que el recorte de tipos y el monto fue unánime. «Se debatieron opciones, pero no había nadie que argumentara a favor de un recorte de 50 puntos básicos, por ejemplo», relató. «Con total franqueza, hubo una serie de gobernadores que hace unas semanas habrían argumentado a favor de un salto», confesó; «y hubo algunos que dijeron, bueno, podría justificar un recorte de 50, pero al final del día esto no es lo que estoy argumentando. Así que cuando digo debatido, no había un solo argumento a favor de llegar a 50 puntos básicos... Fue un repunte unánime en torno a los 25 puntos básicos».
Ante las preguntas sobre el presidente de la Reserva Federal de EE.UU., Jerome Powell, criticado abiertamente por Trump por no recortar los tipos estadounidenses, Lagarde no tuvo reparos en defender que «tengo mucho respeto por mi estimado colega y amigo Jay Powell. Tenemos una relación estable y sólida entre los banqueros centrales, creo que esa relación es decisiva para tener una infraestructura financiera sólida sobre la que garantizar la estabilidad financiera». «Para nosotros, la independencia de los bancos centrales es fundamental», añadió.
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